viernes, septiembre 22, 2006

ENTRE FLORES Y TANQUES

Monjes budistas en Bangkok.
The New York Times


El golpe militar en Tailandia tiene cierto tono surrealista. El Gobierno es depuesto por la fuerza de las armas, aunque los golpistas no realizan ni un sólo disparo. En cuanto llegan al poder, los militares anuncian su primer objetivo: promover la democracia. Los ciudadanos casi no se enteran de que ha habido un golpe militar, los pocos que lo hacen se dedican a regalarles flores y los tanques se han convertido en una atracción turística. Parece que nadie se toma muy en serio a estos "golpistas democráticos" que parecen sacados de una película de los hermanos Marx. Y mientras todo esto ocurre, el anterior primer ministro parece querer tomarse unas vacaciones en Londres.

A pesar de todo este "buen rollo" entre los tailandeses, los golpistas continúan asegurándose su éxito y actuando como verdaderos militares: se han prohibido las actividades políticas, la censura se ha implantado en los medios de comunicación y se ha arrestado a ministros y oficiales de policía cercanos al anterior primer ministro. Puede que los golpistas quieran parecer conciliadores y pacíficos, pero siguen siendo militares y actuando como tal.

Soldado tailandés en Bangkok.
AP Photo / David Longstreath

Links:

The Economist - Old soldiers, old habits
Bangkok Pundit - Censorship after the coup

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