sábado, septiembre 23, 2006

ALEMANIA NO, CHINA SÍ

Parece mentira, pero lo que es imposible para un país tan poderoso y avanzado tecnológicamente como Alemania, es viable en China. Estoy hablando del tren magnético (Maglev), que no necesita de raíles y puede alcanzar velocidades de hasta 450 kilómetros por hora. Los alemanes llevan invirtiendo en este proyecto desde 1969, pero han atravesado problemas económicos y políticos que han ido retrasando su implantación. El último descalabro de ayer, que provocó 25 muertos, pone las cosas más dificiles para que se convierta en una realidad en Europa.


Sin embargo, ahí están los chinos, que aparecen a finales del siglo XX, contactan con los alemanes, negocian parte de la adquisición de su tecnología y construyen su tren magnético (que une el aeropuerto de Shanghai con el centro de la ciudad). Además, las autoridades chinas afirman que ya no necesitan la ayuda de Alemania y pretenden seguir extendiendo el uso de estos trenes (el próximo proyecto pretende unir los 160 kilómetros que separan Shanghai de Hangzhou).

Una muestra más de cómo funcionan los chinos, de la constante apropiación de tecnología occidental, de su deseo de convertirse en una potencia tecnológica y también de la cantidad de dinero que pueden manejar. Otro ejemplo que nos muestra el contraste entre la anquilosada Europa y la efervescente Asia.

El tren magnético de Shanghai
Wikipedia

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