miércoles, noviembre 15, 2006

ELECCIONES EN EL PARTIDO SOCIALISTA FRANCÉS

Francia huele a elecciones por las seis esquinas del hexágono. Sarkozy todavía espera su momento para proclamar sus intenciones, así que ahora es el turno de los socialistas. El PS lleva varias semanas de debate interno para elegir a su candidato a la presidencia de la república: los militantes socialistas tendrán que decidirse entre el reconvertido izquierdista Laurent Fabius, el serio y eficaz Dominique Strauss-Kahn y la favorita Ségolène Royal.

Lo primero que hay que decir es que el PS se toma muy en serio estas primarias: aquí nadie es elegido a dedo y para convertirse en el candidato socialista a la presidencia tienes que sudar la gota gorda. En cierto sentido, es un entrenamiento para la gran batalla de abril y mayo: debates televisivos, golpes bajos, utilización de los medios de comunicación, discursos por todo el país y ataques furibundos. Especialmente importantes han sido los tres debates televisivos, donde cada uno de los candidatos ha fijado sus posiciones y ha intentado dar la mejor imagen posible.

Laurent Fabius, el hombre que se sitúa más abajo en los sondeos (11%, según la última encuesta de Libération), se presenta a sí mismo como la verdadera izquierda socialista. Ha defendido una subida inmediata de los salarios mínimos, la extensión de la jornada de trabajo de 35 horas y una Unión Europea social y alejada de las leyes del capital. Fabius es un hombre agresivo, un tanto impulsivo, que pasó de estar en el ala derecha del PS a convertirse en el abanderado de la izquierda durante el referendum de la Constitución. Tal vez demasiados virajes para un político demasiado oportunista.

Dominique Strauss-Kahn se ha presentado como un hombre serio y sensato, casi un economista aplicado, con un discurso preparado y sin titubeos. Dice que es el único que apuesta por la "socialdemocracia" (aunque tampoco ha explicado muy bien lo que quiere decir) y ha sido el que más ha crecido tras los debates televisivos (hasta alcanzar el 27% en la encuenta de Libération). Su principal arma es que, cansados los socialistas de las excentricidas de Fabius, Strauss-Kahn ha sabido colocarse como la única opción frente a Ségolène Royal.

Y así llegamos a la gran favorita en los sondeos (37%) y esperanza de muchos para batir a Sarkozy. Segolene Royal lleva ya varios meses sorportando la presión de ser la favorita y la campaña se le ha hecho un poco larga, como ella misma ha reconocido. Lo tenía todo ganado antes de empezar las primarias, pero ahora las cosas se le han complicado: los debates televisivos, sobre todo el último sobre relaciones internacionales, se le han atragantado. Y a sólo cuatro días para la votación dentro del Partido Socialista, algún "amigo" se encargó de airear un vídeo en el que Royal defendía la presencia de los profesores 35 horas a la semana en la escuela (El sindicato de profesores y una parte importante dentro del PS montaron en cólera).

De todos modos, estamos en Francia, y aquí las revoluciones están a la orden del día. Ségolène Royal se ha desgastado mucho y los sondeos parecen demasiado generales como para tomarlos en serio. De haber una segunda vuelta, el Partido Socialista seguiría revuelto y a navajazos, prolongando aún más la incertidumbre de su candidato.

Mañana veremos el siguiente movimiento de esta batalla. Para ganar, uno de los tres debería alcanzar más del 50% de los 200.000 militantes socialistas que están convocados a las urnas. Si ninguno de los tres sobrepasa este 50%, el 23 de noviembre se celebrará la segunda ronda. [Foto: AFP]

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