viernes, mayo 20, 2005

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

EE UU deberá decantarse entre su autoproclamada lucha contra el terrorismo y su satanización de Fidel Castro y Hugo Chávez. Este dilema viene marcado por Luis Posada Carriles, un exiliado cubano de 77 años que ha librado una lucha violenta durante 45 años para derrocar a Castro. Entre sus posibles atentados estaría el de la colocación de bombas en un avión comercial que mató a 73 personas en 1976.

Cubanos se manifiestan contra Carriles
Protesta de manifestantes cubanos
contra Posada Carriles. (EFE)


Luis Posada Carriles escapó de una cárcel venezolana y ha ido a parar ilegalmente a Estados Unidos, donde pensaba que un héroe del anticastrismo como él recibiría asilo político. Ahora EE UU se enfrenta a una difícil decisión: conceder el asilo político a un terrorista "reconocido" o extraditarlo a su enemigo Venezuela y conceder un triunfo político a Castro.

Conceder el asilo político a Posada Carriles supondría otra muestra más del doble rasero de la Administración Bush, que pregona a los cuatro vientos la necesidad de perseguir a los terroristas por "tierra, mar y aire". Defender una política antiterrorista en todo el mundo y no practicarla en tu propio país crearía todavía más dudas sobre la Administración Bush.

Por otro lado, su entrega a manos venezolanas supondría un triunfo para Hugo Chávez y la ira de muchos conservadores del sur de Florida, que ven en Posada Carriles a un héroe anticastrista. No se debe olvidar tampoco que estos conservadores cubano-estadounidenses aportan importantes sumas de dinero a las campañas de George W. Bush y su hermano Jeb, gobernador de Florida.

Haga lo que haga, EE UU se encuentra en un conflicto diplomático de muy difícil solución.