miércoles, mayo 25, 2005

EL PROBLEMA ALEMÁN

El tema de Alemania está concentrando mis lecturas de estos días. El tema es realmente apasionante. El juego entre los distintos partidos políticos, el ataque a la desesperada de Schröeder, la posible nueva canciller (Angela Merkel), el movimiento de los verdes, las diferencias entre este y oeste, las repercusiones entre en la Unión Europea y en España...

De todas las lecturas, me quedo con el artículo($) Alemania como problema, publicado por Hermann Tertsch en El País. Aquí va una muestra:

"Sería muy fácil ahora echar toda la culpa de la catástrofe electoral del Partido Socialdemócrata (SPD) en Renania del Norte-Westfalia (NRW) al canciller federal, Gerhard Schröder, por su debilidad, sus titubeos, su oportunismo a veces obsceno, su falta de criterio y su incapacidad para evitar que sus gobiernos parecieran siempre un feliz gallinero. Y desde luego no tiene culpa Peer Steinbrück, el pobre ya saliente presidente del land más poblado, más poderoso y más socialista por ser escenario del inicio de la reconstrucción industrial alemana después de la II Guerra Mundial. Tampoco se pueden atribuir mayores méritos al partido triunfador, la Unión Democristiana (CDU). Sólo ha tenido que esperar ver pasar el cadáver de su enemigo ante su puerta. La CDU no tiene, en su política económica, un programa alternativo al propuesto por Schröder, salvo diferencias de estrategia, acentos y prioridades. [...]

Pero en la gran cuestión están de acuerdo los cuatro partidos parlamentarios: ha llegado el fin del sistema económico alemán, el gran demiurgo que todo lo regulaba, legislaba, ordenaba y repartía con una generosidad que al pueblo alemán a partir del milagro económico nunca le pareció suficiente. Tres lustros después de la unificación el fenómeno quizás más llamativo de la fusión de dos sociedades crecidas en sistemas diversos es que han sumado sus defectos mientras siguen siendo diferentes. [...]

Es cierto que Alemania tiene hoy probablemente los líderes políticos más mediocres desde la fundación de la RFA en 1949. La política está tan desprestigiada que los jóvenes más brillantes buscan el éxito social fuera de la política, y en gran parte, fuera de sus fronteras [...]

La falta de esperanza, la resignación, se percibe hasta en los líderes de opinión. Hoy está claro que el SPD ganó a Helmut Kohl demasiado tarde. Que cuando socialdemócratas y verdes llegan al poder eran ya parte del orden anquilosado e incapaces de movilizar energías en la sociedad alemana para emprender los grandes cambios imprescindibles, para la economía, porque amenaza la bancarrota; para la política, porque Europa no se puede permitir que la nación más grande y poderosa sea un país paralizado por el pesimismo, con la clase política desprestigiada y por ello con unos ciudadanos propensos a asumir otros ideales que les den energía e ilusión [...]

Alemania y Francia están en una situación en la que crece la tentación de que cada miembro de la UE se salve por su cuenta. [...] Es difícil creer que, con la ágil reacción de convocar elecciones en otoño, Schröder pueda dividir hasta tal punto a la CDU en la pugna interna por el nombre del candidato a canciller como para ganar una tercera vez. Lo evidente es que el problema alemán no se soluciona con el relevo de un líder o partido. Hay voces que abogan en este momento clave para el futuro de Alemania por la Gran Coalición, con buenos precedentes. Pero muchos temen que, dada la resistencia social a los cambios que habría de imponer, podrían surgir movimientos antisistema realmente peligrosos. El problema radica en el estado de ánimo de la ciudadanía, esa maldición histórica, la ciclotimia alemana"


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