"LOS RUMANOS SIEMPRE HEMOS SIDO EUROPEOS"

[Esta entrevista parte de la idea de que casi siempre se aprende más hablando con una persona de otro país que escuchando a sus políticos. En ocasiones, una conversación de media hora con un estadounidense puede romper todos los estereotipos que antes teníamos sobre ese país y sus gentes. Un mes después de la entrada de Rumania en la UE, esta entrevista es un intento por acercarnos a la parte más humana de este país]

La pequeña Adina, como la llamo yo, es una de mis mejores amigos en París. Optimista y sonriente las 24 horas del día, esta rumana estudia Letras en Cluj, con el español y el japonés como lenguas más importantes. También habla inglés y francés. Ahora está de Erasmus en INALCO , la misma Universidad en la que estudio yo.

- ¿Cómo te dio por estudiar español?
- Porque me gusta mucho. Me gusta mucho el espíritu del español. Tiene una personalidad muy especial.

Le digo que me gustaría preguntarle algo sobre el reciente ingreso de su país en la Unión Europea, y Adina me responde que ella de esos temas no sabe mucho.

- Bueno, tú pregúntame.
- ¿Te sientes feliz por haber entrado en la UE?
- Creo que exageramos mucho. Nosotros ya estábamos en Europa antes. Los rumanos siempre hemos sido europeos. Además, tampoco creo que todo sea de color de rosas. También hay sus cosas negativas.
- ¿Cómo qué?
- Pues creo que también hay intereses políticos de por medio. Rumania es un país importante geoestratégicamente y eso a Europa le interesa. Y también la mano de obra rumana interesa mucho al resto de países de la UE.
- ¿Te sientes un poco rara por eso qué dicen algunos de que habéis entrado como países de segunda fila? Ya sabes, que todavía no podéis trabajar libremente en la UE...
- No, yo lo comprendo. Porque creo que todavía no estamos preparados y hay que hacer las cosas poco a poco.
- Ya sabes que algunos países piensan que habrá un movimiento migratorio muy importante desde los países del este... ¿para cuándo la invasión rumana?
- ¡Pero ya está! Yo estoy aquí ya... [risas]
- ¿Y el tema de la corrupción? Porque, cuando se habla de Rumania, parece que este tema siempre sale a relucir. ¿Qué tuviste que hacer para que te dieran la beca ERASMUS?
- No, no... Tuve que hacer un montón de exámenes y pruebas muy duras. Pero es verdad que la corrupción está muy extendida. Muchas cosas todavía funcionan por enchufismo. Es muy importante tener relaciones en Rumania para conseguir cosas.
- ¿Recuerdas algo de la época comunista?
- Yo casi no lo viví. Pero me acuerdo de los cupones para comprar la comida. Y también de que cuando la Revolución [la caída del Comunismo], nuestros padres nos cogieron a mí y a mi hermano y nos metimos todos en el sótano durante dos días. Y desde allí abajo escuchábamos los gritos, los disparos y todo. Y también recuerdo que nuestros padres tenían que censurarse. Porque todo el mundo estaba pendiente de lo que decías.

La conversación se desarrolla en una cafetería de París, cerca de los Campos Elíseos, con un mapa de Rumania sobre la mesa y dos cafés de por medio. Adina mueve sus manos por el mapa y me explica algunas de las cosas que más ama de su país.

- ¿Es Rumania el mejor país del mundo?
- [risas] Para mí sí... Quiero volver y trabajar allí.
- ¿No te gustaría quedarte en otro país de Europa? Londres, París, Madrid...
- Sí... De hecho, me da un poco de miedo. Porque tengo muchos amigos que se han ido y que ya no han vuelto. Incluso mi hermana, que está en Inglaterra. Pero yo no, yo quiero volver a Rumania.
- ¿Para luchar por tu país?
- [risas...] Sí. Espero que en unos años la situación esté mejor. En Rumania la gente se queja mucho, pero no hacen nada para intentar mejorar el país.
- ¿Hay algo más que el Castillo de Drácula para visitar en Rumania?

- ¡Claro! Drácula es una mierda. Todo el mundo habla de Drácula cuando piensa en Rumania... Pero a nosotros nos da un poco igual.

- ¿Qué rincón no nos podemos perder si vamos a Rumania?
- A mí me gustan mucho las montañas que están en el noreste, en la zona de Cheile Bicazului. Es súper bonito. Es un ambiente natural impresionante. Y de ciudades me quedo con Cluj, es mi favorita. Es la que está más cerca del resto de Europa, es la más abierta, la más liberal.
- Recomiéndanos un libro para conocer Rumania...
- A ver... “La cruzada de los niños”, de Florina Ilis. O cualquiera de Mircea Cartarescu.
- Una película...
- East of Bucharest
- ¿Y un artista?
- Pues me quedo con Constantin Brancusi y Víctor Brauner.
- ¿Qué sabe la gente de Rumania?
- Pues normalmente todo el mundo me habla de Hagi, Drácula y Bucarest. Poco más. Pero hay otros rumanos bastante famosos, como Ionesco, por ejemplo.
- Y también está la chica esta que fue tan buena en gimnasia, ¿no? ¿Cómo se llama?
- Ah, sí. Nadia Comaneci. La primera en obtener un 10 en una prueba olímpica.

Rumania es un país mucho más cercano a nosotros de lo que pensamos. Empezando por su lengua, el rumano, que viene también del latín. Es lo que algún intelectual francés dio en llamar "nuestros hermanos" los rumanos.

- Me ha sorprendido mucho saber que Rumania está dentro de la Francophonie. Hay una relación muy especial entre Francia y Rumania, ¿no?
- Sí, sobre todo porque durante el comunismo, el ruso y el francés eran las dos lenguas más extendidas. Y, claro, todo el mundo prefería el francés, porque era una cultura mucho más abierta. Era la única manera de escapar del comunismo.
- ¿Cómo hacéis los rumanos para aprender las lenguas tan fácilmente? Al menos desde España se tiene la sensación de que sois especialmente hábiles...
- Porque es necesario. También tenemos un poco el complejo de que nuestra lengua no es muy fuerte, así que siempre intentamos aprender otros idiomas. Además, siempre que manejas otra lengua, pues es una posibilidad que se te abre de ganarte la vida en otro país, o de otra forma.

A estas alturas, Adina debería estar ya pensando en volver a su país. En principio la beca era tan sólo para cuatro meses, pero unos cuantos amigos la hemos convencido para que se quede en París hasta junio.

- Y la experiencia Erasmus en París, ¿qué tal?
- Tú lo sabes mejor yo.
- ¿Mucha fiesta?
- [Más risas]
- ¿Cuándo vamos a Rumania?
- En abril, ¿no?

En abril.


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