EL FUTURO DE LÍBANO
La periodista María Laura Avignolo entrevista a Walid Jumblatt, líder de la "revolución" que se está viviendo en Líbano en las últimas semanas. Muy interesante para saber por donde puede ir el futuro de Libano.
—¿En esta revolución libanesa, usted es un revolucionario o un político?
—Para empezar, no hay una revolución. No se puede olvidar que el precio que nosotros hemos pagado es irreparable. Gracias al asesinato de Rafik Hariri es que nosotros hemos conseguido esto, que llaman una revolución. Si no hubiera habido este asesinato, infelizmente, nunca hubiera existido esta Revolución de los Cedros.
—Después de haber conseguido la comisión internacional de investigación del crimen de Hariri y el retiro sirio, ¿hasta dónde llegan las coincidencias entre la oposición libanesa?
—Uno debe saber quién era Hariri, qué representaba. Era el acuerdo de Taif, (que puso fin a la guerra por impulso de Arabia Saudita), la paz civil y la dimensión árabe, con relación equitativa con Siria. Si olvidamos eso, vamos a lo desconocido. Si no nos acordamos que Hariri era el acuerdo de Taif, la división del poder en Líbano y la protección de la resistencia islámica (Hezbollah), estamos en tren de un golpe de Estado. Yo no quiero un golpe.
—Entonces, ¿qué es lo que viene?
—No sé. Eso es lo que debemos discutir. El documento principal para mí en Líbano es el acuerdo de Taif. Eso significa buenas relaciones con Siria y el Líbano árabe. Si ahora vamos a hacer un golpe de Estado y olvidar todas esta precondiciones, marchamos a lo desconocido.
—¿Cuáles son las condiciones de la oposición en general para participar en el gobierno en Líbano?
—Ahora no hay condiciones. Ahora hay que pensar en las elecciones legislativas y hacer un programa para ellas desde la oposición. Hasta ahora, la oposición ha coincidido en dos puntos: el retiro sirio y la comisión internacional de investigación del asesinato de Hariri. El programa para mí es Taif.
—Ahora los sirios han partido. ¿Pero quién va a desactivar las "bombas" que han dejado los sirios?
—Alguien hace las bombas.
—Yo no me refiero a las bombas terroristas sino a las bombas políticas. Como Hezbollah, por ejemplo.
—-No es una bomba. Es un movimiento de liberación nacional.
—¿Usted piensa que todos los libaneses piensan lo mismo?
—La misma cosa. Yo no estoy con la terminología israelí de que es un movimiento terrorista. Es un movimiento de liberación nacional reconocido en el mundo árabe, tiene una dimensión árabe y musulmana.
—¿Hezbollah no debe desarmarse, como Estados Unidos exige?
—Es una cuestión para discutir juntos, los libaneses con Hezbollah.
—Como líder de la oposición, ¿cómo va a hacer este equilibrio?
—Yo no estoy en este momento por el desarme de Hezbollah.
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